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El scrub es un tratamiento cosmético que ayuda a estimular la renovación de la piel.
Para ello, aprovecha la fricción generada por sustancias físicas que, masajeadas sobre la piel, desempeñan una acción exfoliante de tipo mecánico.
En este sentido, el scrub se diferencia de los denominados exfoliantes químicos (como el ácido glicólico, el ácido cítrico, el ácido málico, el ácido láctico y el ácido tartárico), que actúan rompiendo los enlaces entre las células epidérmicas, favoreciendo la exfoliación cutánea (también hasta las capas más profundas de la epidermis).
Se pueden usar numerosos productos, también naturales, para el scrub, como azúcar, semimolido finamente, sal, café o microesferas sintéticas.
El scrub es el proceso de eliminación de las células de la superficie cutánea, utilizando un instrumento físico, normalmente una sustancia granulada que se frota sobre la piel.
A pesar de que, normalmente, no nos damos cuenta, la epidermis (la capa más superficial de nuestra piel) se renueva completamente cada 28 días aproximadamente.
Este proceso se denomina queratinización y su aceleración (típica de la psoriasis) o su ralentización son la base de las enfermedades e imperfecciones de la piel.
Con el envejecimiento, la velocidad de renovación cutánea comienza a reducirse.
Cuando la renovación celular disminuye, se ven afectados varios parámetros fisiológicos que influyen directamente en el aspecto de la piel. Por ejemplo, la renovación ralentizada provoca un aspecto opaco e irregular, y una consistencia áspera.
Este deterioro se traduce también en una piel naturalmente más seca.
De hecho, los lípidos predominantes del interior de las capas superiores de la piel (como las ceramidas), se crean por la rotura de las células epidérmicas en el proceso de queratinización; por tanto, si este proceso se ralentiza, la epidermis se vuelve más seca y fina.
Estimulando la exfoliación de las capas cutáneas más superficiales, el scrub determina un aumento de la velocidad de la renovación celular.
El resultado de esta queratinización acelerada es una piel más lisa y luminosa.
El scrub también ayuda a mejorar la eficacia de productos tópicos para el cuidado de la piel, facilitando la absorción. Por ejemplo, exfoliar la piel antes de aplicar una crema, ayuda al cosmético a penetrar más profundamente.
La exfoliación regular también puede ayudar a prevenir la obstrucción de los poros, evitando que se formen granos y puntos negros.
Además, la exfoliación a largo plazo puede aumentar la síntesis de colágeno. Esta proteína aporta estructura y tono a la piel, reduciendo al mínimo la aparición de arrugas sutiles y la correspondiente flacidez.
Además, estimular la superficie de la piel puede aumentar el flujo sanguíneo que, a su vez, puede ayudar a aportar a la piel un aspecto más sano.
Los scrub para el cuero cabelludo ayudan a eliminar la acumulación de grasa, la suciedad y las células muertas que, inevitablemente, se acumulan en la superficie del cabello.
De esta forma, los scrub ayudan a reducir la posible irritación y la caspa causada por un exceso de grasa.
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La mayor ventaja de la exfoliación física es la facilidad para acceder a los agentes exfoliantes.
Por ejemplo, incluso simplemente frotarse las manos con un poco de azúcar o sal, también puede ser un scrub eficaz para el cuerpo.
Entre las sustancias más utilizadas en los scrub, recordamos:
En las recetas caseras, estos agentes normalmente se mezclan con agua y aceite (por ej., de coco, de jojoba, de oliva, de almendras, de albaricoque, de argán, de aguacate o de semillas de uva), hasta obtener una consistencia semisólida.
Hay quienes prefieren sustituir el agua por té verde o café, que pueden ayudar a la acción antioxidante y anticelulítica de la cafeína.
Si lo deseas, puedes añadir una o dos gotas de tu aceite esencial favorito a la mezcla.
La microdermoabrasión es un tratamiento de medicina estética que consiste esencialmente en un scrub profundo de tipo profesional. Se utiliza para contrarrestar diferentes tipos de imperfecciones cutáneas localizadas, como las arrugas, las manchas cutáneas, las estrías y las cicatrices.
Algunos scrub naturales contienen sustancias ácidas que pueden potenciar los efectos con una exfoliación de tipo químico. Entre los ingredientes químicos exfoliantes que se pueden usar en el scrub casero, recordamos:
Otros ingredientes, como por ejemplo los cereales, contienen sustancias emolientes que pueden alisar la piel y aliviar las irritaciones causada por el scrub.
Puesto que la piel del rostro es más sensible y delicada que la piel del cuerpo, los scrub para el rostro deberían contener partículas más finas y delicadas.
Por ejemplo, los scrub de azúcar, que son exfoliantes comunes para el cuerpo, son demasiado agresivos para el rostro. Lo mismo puede decirse de la sal marina, las cáscaras de nuez y los posos del café.
Es mejor optar por harina de cereales triturada finamente, canela o bicarbonato de sodio en pequeñas cantidades.
El masaje también deberá ser más delicado.
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INDICADO PARA: pieles grasas y mixtas
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INDICADO PARA: pieles mixtas
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INDICADO PARA: pieles grasas
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Generalmente, es seguro exfoliar la piel dos o tres veces a la semana.
Para aquellos con pieles secas y sensibles, es preferible realizar el scrub solo una vez a la semana.
Las personas con condiciones dermatológicas particulares deberán acudir antes a un dermatólogo.
El uso de scrub demasiado potentes en zonas delicadas (como la piel del rostro) puede dar lugar a:
Se deberá evitar el scrub en zonas de la piel:
Si deseas añadir aceites esenciales, se recomienda hacer antes una prueba con la esencia diluida en una pequeña zona de la piel para asegurarse de no ser alérgico.
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