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Cómo se Forman las Arrugas
El envejecimiento cutáneo es un proceso fisiológico que a menudo se agrava por hábitos inadecuados.
Una de las principales manifestaciones de este proceso consiste en la aparición progresiva de arrugas en las regiones más expuestas a la luz, como el rostro, el cuello y las manos.
Las arrugas son surcos generalmente lineales y permanentes en la piel, con una profundidad variable y, a menudo, acompañados de otras imperfecciones estéticas, como la discromía, la sequedad cutánea y la descamación.
La aparición de las arrugas se basa en cambios profundos que afectan a las propiedades histológicas y fisicoquímicas normales, tanto de la matriz extracelular como del propio componente citológico.
Estos cambios incluyen:
- la pérdida progresiva de las fibras de colágeno;
- la formación de enlaces cruzados entre las distintas fibras de la matriz;
- la reducción de la dermis;
- la deshidratación progresiva;
- la alteración de la función celular normal de los fibroblastos y los queratinocitos;
- el daño estructural y metabólico provocado por las especies reactivas del oxígeno;
- la aparición de reacciones autoinmunes.
Qué NO hacer
El primer paso para mantener una piel sana y joven consiste en la prevención.
Numerosos estudios realizados a lo largo de los años han permitido esclarecer el potencial papel envejecedor de ciertos estímulos, a la vez que han proporcionado una serie de indicaciones útiles para controlar la evolución de esta situación.
Entre los recursos básicos para la prevención de las arrugas, se recomienda:
1) Evitar la exposición excesiva al sol
La relación entre la exposición a los rayos UV y las modificaciones estructurales y funcionales del cutis ya está bien consolidada.
Basta con decir que la exposición a los rayos UV puede ser la responsable de hasta del 80% de los signos visibles del envejecimiento 1.
En cualquier caso, lo importante es evitar la exposición excesiva al sol y las quemaduras solares. De hecho, el sol tiene muchos beneficios, empezando por la síntesis de vitamina D (hoy en día, insuficiente en la mayoría de la población, especialmente en los ancianos).
Muchos estudios que han probado el tratamiento oral con vitamina D han demostrado su capacidad de prevenir el cáncer de piel, lo que está relacionado con los efectos antiedad 2, 3.
Mientras que las quemaduras solares se han relacionado con una duplicación del riesgo de melanoma 4, la exposición crónica al sol sin quemaduras y las actividades al aire libre se han relacionado con una reducción del mismo riesgo 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12.
2) Tener cuidado con la contaminación atmosférica
Para la prevención de las arrugas, es importante limitar también la exposición a la contaminación atmosférica.
Un estudio en 400 mujeres caucásicas de edades comprendidas entre los 70 y los 80 años descubrió que una mayor exposición a la contaminación atmosférica estaba significativamente relacionada con los signos extrínsecos del envejecimiento cutáneo, en particular con las manchas hiperpigmentadas y con las arrugas del rostro 13.
3) Limitar la exposición a factores prooxidantes
En este capítulo, inevitablemente, se retoman los efectos adversos de los radicales libres del oxígeno sobre las estructuras celulares y la matriz extracelular.
Algunas de las normas básicas que hay que seguir para controlar la acción del envejecimiento asociada al estilo de vida incluyen:
- evitar el humo del tabaco;
- evitar el consumo excesivo de alcohol;
- limitar la ingesta de ácidos grasos saturados, azúcares refinados y alimentos prooxidantes.
El consumo desmesurado de estos alimentos promueve la inflamación y la formación de AGEs, que, además de provocar diversos problemas de salud, pueden actuar como «aceleradores del envejecimiento» 14.
Un estudio comparó los rostros de 79 pares de gemelos idénticos (homocigotos) en los que uno tenía el hábito de fumar y el otro no. Las considerables diferencias dejaron claro que el tabaco afecta negativamente a las condiciones de la piel del rostro, especialmente en los tercios medio e inferior 15.
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4) Controlar el estrés
La prevención de las arrugas también implica una gestión adecuada del estrés.
De hecho, cada vez son más los estudios que asocian un estado de tensión psicofísica con un deterioro de la calidad del cutis y sus anexos.
Todo ello se apoyaría en la alteración del equilibrio hormonal normal, en el que el sistema noradrenérgico (es decir, el implicado en las reacciones de lucha y huida) y el sistema del cortisol (más vinculado al estrés crónico) asumirían el control.
El estrés induce la liberación de catecolaminas que afectan a las funciones de los fibroblastos, incluida la producción de colágeno, que puede verse reducida 16. El cortisol (la hormona del estrés) también tiene un efecto similar. De hecho, uno de los efectos secundarios típicos del tratamiento prolongado con cortisona es la atrofia cutánea.
Qué Hacer
Evitar ciertos comportamientos de riesgo es fundamental para la gestión de la calidad de la piel a largo plazo.
Es igualmente importante adoptar algunas pequeñas medidas que pueden mejorar la salud de la piel a diario y prevenir las arrugas.
En este sentido, se recomienda:
1) Utilizar filtros solares protectores
Recomendables en caso de exposición intensa a la radiación ultravioleta para proteger el cutis de estas complicaciones.
2) Comer mucha fruta y verdura
La dieta es, en efecto, un elemento imprescindible en la medicina antiedad.
El consumo adecuado de fruta y verdura (4-5 raciones al día) garantiza, por una parte, la ingesta de todas las vitaminas y sales minerales necesarias para preservar la función celular y sus complejas vías metabólicas, y, por otra parte, proporciona valiosos antioxidantes que sustentan las defensas endógenas en la protección contra el daño derivado de las especies reactivas del oxígeno.
La acción nutracéutica de los polifenoles, la vitamina A, la vitamina C y la vitamina E está bien documentada y representa el ABC de la medicina antiedad y de la cosmetología en general.
En un estudio transversal en el que se investigó la relación entre las arrugas de la piel y la ingesta alimentaria, se encontró una asociación negativa en el consumo de huevos y verduras de hoja verde (lo que significa que el consumo de estos alimentos puede prevenir las arrugas) 17.
3) Ingerir la cantidad adecuada de agua
Uno de los principales cambios histológicos que se producen en el cutis durante el envejecimiento es la deshidratación.
En este sentido, la ingesta de la cantidad adecuada de agua podría ayudar a mantener la matriz hidratada, preservando su estructura y firmeza.
Una revisión de seis estudios observó que una mayor ingesta de agua reduce la sequedad y aspereza de la piel, aumenta su elasticidad y mejora su hidratación 18.
4) Realizar actividad física regular
Está demostrado que la actividad física puede ayudar a mantener una piel joven gracias a su capacidad de controlar el estado inflamatorio subyacente, protegiendo las estructuras cutáneas de las reacciones autoinmunes.
El ejercicio físico promueve la longevidad y mejora la diabetes mellitus de tipo 2 y la resistencia a la insulina 19.
5) Utilizar productos adecuados para limpiar e hidratar la piel
Normalmente, entre los 20 y los 30-35 años, los signos del paso del tiempo no son visibles. Sin embargo, es aconsejable prevenir las arrugas aplicando regularmente una buena crema hidratante.
Después, es posible incluir en la rutina de belleza fórmulas antiarrugas más ricas.
Los cosméticos hidratantes son capaces de proteger la piel de una posible deshidratación, pero, sobre todo, de preservar el importante estrato hidrolipídico superficial, que proporciona al cutis su función de barrera contra los agentes externos.
En el ámbito cosmético, existen básicamente dos estrategias de hidratación:
- regular el contenido lipídico de la piel;
- regular el contenido de agua de la piel.
Con este fin, se pueden utilizar sustancias:
- emolientes: evitan la pérdida de agua con un efecto oclusivo;
- humectantes: captan el agua y la retienen en la piel.
Un buen cosmético hidratante debería actuar en ambos frentes, con la prevalencia de uno o de otro en función del tipo de producto y su uso previsto.
- Ejemplos de Activos Emolientes: parafina, vaselina, siliconas «oclusivas», manteca de karité, aceite de aguacate, aceite de almendras dulces, vitamina E acetato, cera de abejas y otras ceras, escualeno, ceramidas y ácido hialurónico de alto peso molecular.
- Ejemplos de Activos Humectantes: ácido hialurónico hidrolizado, urea, hidroxiácidos en concentraciones bajas, glicerina, alantoina, pantenol, aloe gel, extractos de avena y germen de grano.
En cuanto a la limpieza, sabemos que una higiene «excesiva» puede reducir la eficacia de la barrera cutánea, haciendo que la piel esté más seca y se más propensa a reacciones irritativas o eczemas.
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